El Oriente Medio
MANY MINDS AND HEARTS are, at this time, turning their attention towards the crisis situation in the Middle East between the Israelis and the Palestinians. This area of the world is known to many as ‘The Holy Land’. But we may question whether it still deserves this title when it has been the scene of so much violence, often perpetrated in the name of faiths that claim to hold it sacred. And it is worth considering whether many of the sacred sites of this land are now fossilised relics of ancient religious understandings that are no longer relevant to humanity’s evolving spiritual journey. Alice Bailey suggests that, from a spiritual perspective, this area has been for some time now under "a heavy overshadowing cloud"; and if thoughts and feelings could be made visible, is there any doubt that the chaotic mixture of hatred and fear on both sides, stained by religious and political extremism, would resemble a menacing storm cloud? The situation is so precarious that it can only be solved, and the cloud dissipated, by the right thinking and planning of the world’s nations acting in concert, or else it may break in disaster over the world. Will it present a task too hard for correct handling by that inexperienced disciple-Humanity? The answer to this challenge has yet to be played out but surely the coming months and years will be determining in their effect. For this is a collective problem, focalising the crisis of humanity as a whole and, as such, it can only be resolved through collective action. Can all of us drop our antagonisms and antipathies, our hatreds and racial differences, and attempt to think in terms of the one family, the one life and the one humanity? The actions we take now will determine the course of future developments upon our planet. Right action will pave the way for a great step forward by humanity as a whole-signalling the opening of the planetary heart centre and a consequent stilling of the intensity of our emotional reactivity.
EDITORIAL (extracto)
Vuelta a empezar
EL PAÍS | Opinión - 22-08-2003
Si quedaba algún resquicio de esperanza para que israelíes y
palestinos recompusieran su imposible relación al dictado de la Hoja
de Ruta, ha quedado disipado en las 48 horas que comenzaron con la
voladura el martes de un autobús en Jerusalén por un clérigo
dinamitero de Hamás. Los clavos en el ataúd del enésimo intento de
convivencia entre los dos bandos se han sucedido con rapidez: Ariel
Sharon ha cerrado Cisjordania y Gaza, suspendido la devolución de dos
ciudades y sus helicópteros han reanudado el terrorismo de Estado
asesinando a un alto dirigente de Hamás. Inmediatamente, los dos
mayores grupos extremistas islámicos han dado oficialmente por
liquidada la moribunda tregua decretada a comienzos de julio.[...]
La insuperable desconfianza de los dos bandos se ve agravada por la
manipulación del enfrentamiento por parte de sus dirigentes y sus
aliados internacionales respectivos. Una formidable maquinaria de
propaganda asentada en emociones a flor de piel está disparada en
Oriente Próximo y tergiversa cada movimiento, iniciativa o
declaración para convertirlo en nuevo argumento de odio y revancha.
Entretanto, decenas de miles de personas dejan sus vidas o sus
esperanzas en el camino a ninguna parte de una confrontación
intratable.
Editorial Buena Voluntad.org
Oportuno - Bien informado - Fiable"Todas las partes deben reconocer los desaciertos y los errores del pasado, perdonando, de forma tal que se pueda seguir adelante con optimismo y esperanza, rehusando ser desviados por aquellos cuya intención es la destrucción y el odio."
El miedo es la fuente de la separatividad en cualquiera de sus expresiones. El miedo es la causa y efecto de todo acto terrorista. El miedo cierra la puerta del corazón.El antíodoto del miedo es la confianza. ¿Cómo se puede restablecer la confianza que se ha quebrado por siglos de odio? La clave reside en la sinceridad. Y la sinceridad se prueba con la consistencia al actuar.
A pesar de que se requiere un esfuerzo conjunto internacional mediado por la ONU, en estos momentos la clave para la paz en el Oriente Medio depende primordialmente de "que Estados Unidos asuma sus responsabilidades y ocupe el lugar que le corresponde en los asuntos mundiales." (BVM, 2003 #2) La UE y la ONU mantienen una postura más objetiva y equilibrada que los EEUU sobre el conflicto palestino-israelí. Ha sido el poder de veto ejercido por los EEUU en el Consejo de Seguridad lo que hasta ahora ha impedido la solución del conflicto actual, desde que comenzó en el seno de la ONU en el 1948.
La Hoja de Ruta propuesta por los EEUU es un comienzo necesario, pero no suficiente para reabrir la ruta de la paz en el Oriente Medio. Primero se necesita restablecer la confianza de que ambas partes serán tratadas con justicia e igualdad de derechos por todos los mediadores del conflicto, incluyendo a los EEUU. Esa confianza sólo se puede restablecer con actos concretos que demuestren tal sinceridad de propósito. Que se recompensen y se castiguen por igual* tanto a los palestinos como a los israelíes cuando cumplan o violen los acuerdos que se negocien, como los que existen en la Hoja de Ruta. Entonces se tendrá la fuerza moral para implementar cualquier negociación, y se restablecerá el espíritu de buena voluntad necesario para implementar las rectas relaciones en esa atribulada región del planeta.
La situación en el Oriente Medio necesita de nuestra urgente atención, siendo éste uno de los espejismos trabajados por el Grupo Iberoamericano de Observadores Entrenados (GIOE) a través de los años. Adherimos la propuesta de BVM para visualizar una estrella blanca de cinco puntas trabajando con La Gran Invocación. Hemos diseñado un gráfico animado que puede ser de ayuda en la visualización. Adelante pues.
Consejo EditorialBuena Voluntad.org
* EL PAÍS | Opinión - 30-07-2003 (extracto)
Nada irremediable ha sucedido entre palestinos e israelíes desde que hace un mes dieran los primeros pasos hacia una paz precaria. Nadie ha dinamitado irreparablemente la tregua de tres meses pactada por el primer ministro, Abu Mazen, con las organizaciones radicales islámicas. Pero el tiempo corre y es el momento de que Ariel Sharon haga gestos concluyentes para ayudar a la consolidación interna de su homólogo palestino y a mantener viva la llama de la paz.Hasta ahora esos pasos se han limitado a liberar unos pocos prisioneros -de los seis mil palestinos que hay en las cárceles israelíes- y a suavizar los controles del Ejército en algunas ciudades cisjordanas. Las medidas que de verdad han de señalar el grado de compromomiso de Israel con la Hoja de Ruta, más allá de los gestos humanitarios y propagandísticos, están por adoptarse, y ésas conciernen básicamente al cese de los asentamientos salvajes y a la paralización del muro del apartheid.
[...]Ese muro de hormigón y alta tecnología electrónica, denunciado por la ONU y la UE, y para el que se acaban de aprobar en Israel otros 170 millones de dólares, asfixia a más de 200.000 palestinos. Y no sólo separa sus ciudades y pueblos del agua y los campos de labor o destruye casas habitadas, sino que se configura como un hecho consumado en el que sus víctimas vislumbran un trazado unilateral de fronteras y la amenaza definitiva, por razones tan inapelables como las de geografía, a su esperanza de un Estado viable, previsto teóricamente en 2005.Bush ha reiterado en los últimos días el alcance de su compromiso con la pacificación de Oriente Próximo. Una parte fundamental de ese objetivo pasa ahora por elevar ante los suyos la estatura de Abu Mazen, en buena medida una criatura política de Washington. El presidente estadounidense, garante absoluto de la seguridad de Israel, debe aprovechar esta circunstancia y su autoridad tras la guerra de Irak para exigir de Sharon concesiones sustantivas, incompatibles con el avance de esa versión ampliada del muro de la vergüenza y la continuada colonización de las tierras palestinas.
EL PAÍS | Opinión - 07-08-2003 (extracto)
Abu Mazen invoca su extrema y cierta debilidad política para no emplearse a fondo contra los grupos terroristas palestinos, básicamente Hamas y la Yihad Islámica, que mantienen una precaria tregua con caducidad el 30 de septiembre y que ya amenazan con romper si no se agilizan las excarcelaciones. Sharon, por su parte, no sólo no detiene las construcciones en asentamientos ilegales, a lo que sí le obliga la Hoja de Ruta, ni levanta la mayoría de los bloqueos territoriales, sino que continúa la construcción del ominoso muro de separación entre su territorio y el palestino, que incluso ha recibido las críticas de Bush. Washington amenaza con detraer de su cuantiosa ayuda a Israel el dinero empleado en esa vergonzosa valla de hormigón, alambradas y tecnología electrónica que asfixia a 200.000 palestinos y les arrebata tierra suplementaria. Pero el amago de EE UU es poco creíble porque Bush y Sharon están de acuerdo en que lo primordial ahora es que Abu Mazen haga un gesto enérgico contra las organizaciones armadas integristas antes de seguir adelante con la Hoja de Ruta. En este pulso, y mientras el contador de la tregua avanza, los elementos fundamentales del plan de paz entre israelíes y palestinos permanecen en un peligroso limbo.
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